Uno de los principales problemas higiénicos al tener mascotas en el hogar surge con la aparición de las pulgas. No importa si tenemos un gato que jamás sale del apartamento, eso no impide que pueda contagiarse porque nosotros mismos podemos ser portadores de estos parásitos. Al salir a la calle es posible que pisemos en zonas en las que ha habido recientemente un animal con pulgas y que ha dejado allí huevos o ejemplares adultos que se quedan en nuestros zapatos. Si no tenemos animales morirán sin más ya que no viven en el ser humano, pero si los llevamos a nuestro hogar y allí topan con un huésped no dudarán en alojarse en nuestras mascotas.
Hay diversas formas de prevenir el contagio de pulgas, de las que hablaremos en un futuro artículo. Hoy vamos a ver qué podemos hacer cuándo ya han entrado en casa y nuestra mascota está infectada.
Paso uno: La higiene
Lo primero que tenemos que hacer es limpiar a fondo toda nuestra casa incluso en aquellos cuartos en los que el animal no entra ya que como hemos dicho, nosotros podemos llevar a las pulgas y estas haberse instalado en almohadas, colchones o mantas.
– Todo aquello que pueda lavarse a máquina se lavará a la mayor temperatura aconsejada. Es más efectivo utilizar también una secadora si las prendas lo permiten. Si la cama o manta de nuestra mascota son de un modelo barato, es preferible cambiarlo, ya que ahí es donde existe más riesgo de que las pulgas hayan anidado.
– El colchón, alfombras y otras tapicerías que no puedan lavarse se limpiarán cuidadosamente con un producto de limpieza en seco. Sobre el colchón y las alfombras es muy efectivo esparcir sal o bicarbonato sódico y dejar que actúe durante al menos dos horas, ya que estos productos ayudan a que los huevos se sequen y mueran. A continuación, se utilizará la aspiradora para recoger los posibles rastros. Al acabar debemos extraer la bolsa al momento incluso si no está llena o vaciar el depósito si este no tiene bolsa. Esto debe de ser introducido en una segunda bolsa la cual se dejará inmediatamente en un cubo tapado fuera de la vivienda para evitar que las pulgas puedan volver a salir.
– Por último, se bañará al perro o gato y se cepillará a fondo su pelaje revisando bien que no queden pulgas. Si tenemos un gato que no tolera el baño nos limitaremos a cepillarlo o lavarlo con un espray de limpieza en seco.
Paso dos: Los productos a utilizar
Una vez que la casa y el animal están limpios es la hora de aplicar los desinfectantes. Para los muebles y alfombras existen productos que combaten a las pulgas y que se pueden utilizar para eliminar cualquier posible huevo que haya sobrevivido a la limpieza y prevenir que otros puedan asentarse.
Al perro o gato se le aplicarán las gotas contra las pulgas que se venden en las tiendas de animales en prácticos envases monodosis. El veterinario nos indicará si es suficiente una aplicación o si debemos de repetirla en un plazo determinado de tiempo.
Imagen cortesía de Ana Cotta https://www.flickr.com/photos/ana_cotta/3456161182/